La contaminación es una de las principales problemáticas a las que la sociedad moderna lleva años enfrentándose, y es que el hecho de no implantar en nuestro día a día alternativas sostenibles provoca que este daño sea cada vez más grave. 

¿Te has preguntado alguna vez cómo afecta la contaminación a tus alimentos?¿O cómo tus alimentos contaminan al medio ambiente? En la década del estilo fitness, el realfooding y el mindfulness, cada vez se repite más que somos lo que comemos. Pensar en qué nos llevamos a la boca implica y qué efecto tiene en nosotros y en el mundo que nos rodea está a la orden del día. 

Mientras exigimos a las empresas su descarbonización y a los políticos, medidas para frenar el calentamiento global, nosotros ayudamos al planeta reciclando y siguiendo una alimentación sostenible.

La filosofía de esta tendencia no puede ser más acertada: ser conscientes de la huella que dejan nuestras decisiones cuando llenamos la cesta de la compra, con el objetivo de unir ecología, economía y salubridad.

La alimentación sostenible se apoya en cuatro pilares básicos que te mostramos a continuación.

1. Buscar productos ecológicos

Que los tus alimentos se hayan obtenido de una forma amigable con el medio ambiente tiene muchísimos beneficios. El principal, que en su cultivo no se han utilizado químicos ni productos artificiales, que reducen sus nutrientes es máximo y contaminan las aguas y el suelo.

2. Consumir productos de locales y de temporada

Mientras el comercio local ayuda a reducir la contaminación por el transporte, con los productos de temporada estarás respetando el ciclo natural de los alimentos. Piensa en la estacionalidad de los productos, piensa en la energía que se utiliza para su cultivo fuera de tiempo y la de emisiones de CO2 que de ella se derivan. Piensa en las modificaciones genéticas, piensa en lo que sufre la tierra, piensa en la alimentación sostenible.

3. Apostar por un mayor consumo de vegetales 

No se trata de convertirse al vegetarianismo, no. Pero lo cierto es que la producción de la producción de alimentos de origen animal ya supone más del 14% de los gases de efecto invernadero emitidos por la acción humana, acorde a un estudio de la Organización de la Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

4. Evitar los plásticos

Los plásticos de un solo uso siguen siendo una plaga en los supermercados y grandes superficies. Rechaza comprar frutas y verduras envueltas en plástico innecesarios, lleva siempre contigo una bolsa de tela para la compra, intenta comprar a granel, infórmate de si la empresa productora sigue prácticas de responsabilidad medioambiental… Selección, mucha selección.