El sector del reciclaje de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE) y de pilas y baterías genera anualmente un Valor Añadido Bruto de 955 millones de euros en nuestro país, lo que equivale al 0,8% del PIB. Igualmente, esta actividad genera y mantiene más de 16.500 puestos de trabajo, un 0,09% del total nacional, y aportó más de 150 millones de euros de manera directa a la recaudación fiscal del Estado, en concepto de impuestos y cotizaciones sociales, en 2019.

Cabe señalar que, por volumen de toneladas gestionadas, la aportación al Valor Añadido Bruto y al empleo del reciclaje de RAEE y pilas es diez veces superior al del resto de industrias de gestión de residuos de nuestro país, debido al mayor valor relativo de los materiales contenidos en los aparatos electrónicos y las pilas, y a la complejidad y sofisticación de sus procesos de tratamiento. 

Por lo que se refiere a las cifras del mercado de RAEE, en 2019 se pusieron en el mercado 900.000 toneladas de aparatos electrónicos, lo que representa un 25% más que en 2018. De este total, el 73% corresponde al mercado doméstico. Traducido en unidades, en 2019 se comercializaron 734 millones equipos, de ellos, el 54% correspondió a pequeños aparatos y el 26% a dispositivos de informática y telecomunicaciones de pequeñas dimensiones. Sin embargo, ambas categorías sólo representaron el 18% del total de aparatos.

Respecto al reciclaje de estos residuos, éste ha experimentado un crecimiento continuado teniendo en cuenta la creciente digitalización de la sociedad que, sin duda, quedará reflejada en las cifras de 2020 como consecuencia de la situación creada por la pandemia COVID-19. 

El objetivo mínimo de recogida establecido para 2019 (9,22 kg por habitante o 430.600 toneladas) crecerá hasta las 489.400 toneladas en 2020. A escala global, las estimaciones apuntan que en 2019 se produjeron más de 53 millones de toneladas RAEE (12 millones en Europa), cifra que podría acercarse a los 75 millones en 2030.