La Fundación Humana está a punto de cumplir ya 30 años y en ella sigue vigente la misma razón de ser: convertir el residuo en recurso y cooperar en proyectos sociales. Su objetivo primordial es tratar de recuperar esa ropa que todo el mundo tiene en el armario y que no se pone o no le sirve, para evitar que acabe en el cubo de la basura; es la gestión de este textil lo que permite a la organización obtener recursos para financiar su propia actividad y contribuir al desarrollo de proyectos con un fin social.

De esta forma, Humana pone en valor esas prendas de vestir que ya no necesitamos, son recogidas a través de una red conformada en España por 2.000 contenedores que se encuentran a disposición de los ciudadanos en las vías públicas. Esta ropa se traslada a las plantas de clasificación que la entidad tiene en Madrid, Granada y Barcelona, donde las prendas son seleccionadas y diferenciadas por género (hombre, mujer o niño), estado de uso…

A partir de ahí, las prendas pueden tener cuatro destinos. El primero es el de la propia reutilización a través de las 42 tiendas de segunda mano que la Fundación tiene en ciudades como Barcelona, Madrid, Granada y Sevilla. El segundo destino es el envío a los socios de Humana que se encuentran en países del Sur, para que la ropa sea vendida de forma controlada en mercados locales y a precios asequibles. Un tercer destino es el aprovechamiento de la materia prima a través de plantas de reciclaje. Y un cuarto destino es la valorización energética de la parte no reciclable.

Con una plantilla de 460 personas, Humana transforma la ropa en un recurso y, además, lo hace desde la solidaridad, contando con la generosidad de la población. La recogida de ropa usada asciende a 17.000 toneladas anuales aproximadamente en toda España.