La situación actual ha provocado que la mascarilla se haya convertido en un producto más en nuestro día a día. Un producto de un solo uso, que no puede ser reutilizado (a excepción de las mascarillas de tela) y que si la mitad de la población de España utiliza una mascarilla quirúrgica al día, se traduce en un consumo de 705 millones al mes.

Por esto, el Proyecto LIBERA junto a Ecoembes ha lanzado recientemente la campaña #NoAbandonesTusGuantesYMascarillas para recordar la importancia de ser responsables con la gestión de estos nuevos residuos y evitar que acaben abandonados en entornos urbanos o naturales y se conviertan en un nuevo tipo de basuraleza. La Fundación Reina Sofía, que colabora con LIBERA desde hace tres años, se une también a este llamamiento para aumentar la concienciación de la sociedad en torno a este nuevo residuo.

Según un estudio realizado por Environmental Science & Technology, el mundo está utilizando aproximadamente 129.000 millones de mascarillas desechables al mes, que pueden tardar hasta 400 años en descomponerse si no se desechan correctamente. El abandono incontrolado de este tipo de residuos trae consigo graves consecuencias para los entornos naturales. Además de contaminar los ecosistemas, otro de los aspectos más preocupantes es que las mascarillas ya utilizadas son un vector de contagio del virus. Lo que se traduce en un grave problema para la fauna, que además las pueden llegar a ingerir o quedarse atrapadas en ellas. Por este motivo, también es importante que, antes de tirar las mascarillas, se corten las gomas para evitar posibles enredos. 

“Debemos ser más responsables que nunca con la naturaleza. Las mascarillas se han convertido en nuestras aliadas frente al virus, pero no podemos olvidarnos de tirarlas siempre en el contenedor gris. Su abandono en entornos naturales tiene un impacto muy negativo, por lo que la concienciación es esencial”, apunta Sara Güemes, coordinadora de Ecoembes del Proyecto LIBERA.