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Los objetivos y medidas en la gestión de residuos se desgranan en los artículos 21 y 22 de la Ley 22/2011, de 28 de julio, de residuos y suelos contaminados.

El artículo 21 versa sobre la recogida, la preparación para la reutilización, el reciclado y la valorización de residuos.

Las autoridades ambientales adoptarán las medidas necesarias para fomentar la reutilización de los productos. Promoviendo, por ejemplo, el establecimiento de lugares de almacenamiento para los residuos susceptibles de reutilización.

Para fomentar la prevención y promover la reutilización y el reciclado de alta calidad, se podrán adoptar medidas destinadas a facilitar el establecimiento de sistemas de depósito, devolución y retorno de: Envases industriales, envases colectivos y de transporte, y envases y residuos de vidrio, plástico y metal.

Las autoridades ambientales tomarán medidas para fomentar un reciclado de alta calidad, por lo que se establecerá una recogida separada de residuos. Antes de 2015 haberse establecido una recogida separada para: papel, metales, plástico y vidrio.

Las Entidades Locales habilitarán espacios, establecerán instrumentos o medidas para la recogida separada de residuos domésticos y comerciales para preparar los residuos para su reutilización.

Las autoridades ambientales adoptarán las medidas necesarias para que los residuos se sometan a operaciones de valorización. Además, fomentarán métodos de recogida eficientes, para facilitar el cumplimiento de los objetivos de preparación para la reutilización, reciclado y valoración.

En el artículo 22 se tratan los objetivos específicos de preparación para la reutilización, reciclado y valorización.

El Gobierno y las autoridades competentes deberán adoptar las medidas necesarias a través de los planes y programas de gestión de residuos para garantizar que se logran los siguientes objetivos:

Antes de 2020, la cantidad de residuos domésticos y comerciales destinados a la preparación para la reutilización y el reciclado para las fracciones de papel, metales, vidrio, plástico, biorresiduos u otras fracciones reciclables deberá alcanzar, en conjunto, como mínimo el 50% en peso.

Antes de 2020, la cantidad de residuos no peligrosos de construcción y demolición destinados a la preparación para la reutilización, el reciclado y otra valorización de materiales, deberá alcanzar como mínimo el 70% en peso de los producidos.