Con la entrada del nuevo año aumentan nuestros propósitos e ilusiones para conseguir nuevos objetivos. Por ello, en esta ocasión queremos proponemos un nuevo hábito para añadir a vuestra lista de propósitos. 

Somos conscientes de que el entorno que nos rodea, y del que disfrutamos cada vez que tenemos tiempo libre, posee una gran importancia especialmente en el ámbito medioambiental. Uno de esos entornos naturales son las playas. Independientemente de que tu lugar de residencia te permita en mayor o menor grado visitarla con frecuencia, no es para nadie un secreto que debemos mantenerlas limpias y cuidadas en beneficio de la sostenibilidad de nuestro planeta. 

Por tanto, en el día de hoy os traemos una serie de beneficios que proporciona el hecho de limpiar nuestras playas. 

En primer lugar, lógicamente el hecho de limpiar estas zonas tiene como consecuencia que éstas luzcan de forma más agradable y adecuada. Aunque este es el beneficio más obvio de todos, no es el único, dado que limpiar estas áreas trae consigo muchas más ventajas. 

El siguiente beneficio tiene que ver con la normalización del acto de limpiar. No tenemos ningún motivo ni de sentirnos avergonzados por recoger basura, ni por hacer algo que es por el bien común. Además, esto posee un valor añadido, ya que puedes conseguir que otras personas se contagien y también recojan los residuos.

Cuanto más limpias estén las playas menos tienden a ensuciarse. Es decir, cuando todo está limpio solemos poner más cuidado en no ensuciar. Si entre todos conseguimos que las playas se mantengan limpias podremos conseguir que ese efecto se prolongue a lo largo del tiempo.

Otro efecto positivo es el de poder desarrollar una mayor cantidad de actividades en estas zonas. Algo que se incrementará si observamos que las playas están limpias y se convierten en un entorno favorable del que disfrutar al máximo. Por ejemplo, corriendo o caminando a lo largo de toda ella. Además, con el incentivo de recoger los residuos que puedas ir encontrando también te mantendrás activo y, sin darte cuenta, estarás realizando una mayor cantidad de ejercicio en la playa. 

Por último, y uno de los beneficios más importantes es que una cosa tan simple te acaba creado un poco de adicción. Llega un momento en el que no puedes parar de recoger. Además, empiezas a sentir curiosidad por las cosas que encuentras, sobre cuáles son los artículos que hallas con más frecuencia o sobre cómo es posible que acabe en la playa. 

Con esta práctica se consigues tener una relación distinta con la playa, sobre todo si es una a la que vas con frecuencia.