Los diferentes sistemas de clasificación de residuos varían en función de los países. Aquellos con una mayor tradición presentan sistemas cada vez más complejos y más eficientes en cuanto al nivel de aprovechamiento del residuo.

España fue uno de los primeros países en implantar sistemas de reciclaje del cristal. Más tarde se implantaron sistemas para reciclar las pilas y el cartón. A continuación se montaron los sistemas para reciclar los envases y se crearon los puntos limpios, donde se recogen los aceites, teléfonos móviles, equipos informáticos o hardware, electrodomésticos, los muebles y la ropa.

La separación efectiva que se hace de cada una de las materias tratadas nos permite una reutilización o destrucción de las mismas mucho más eficiente.

Reciclando reducimos nuestros niveles de basuras y conseguimos de forma directa materias primas que habría que extraer de la naturaleza, con el coste económico y medioambiental que ello supone.