El reciclaje se ha convertido en una de las fórmulas de reducción de los efectos del cambio climático. Una fórmula a la que cada vez más población se une y con la que podemos conseguir devolverle un mayor nivel de sostenibilidad al planeta. 

Para ello, se han introducido avances tecnológicos en este sector, desarrollándose sistemas de recogida preparados para compactar la basura dentro del contenedor, otros que reconocen el tipo de residuos depositados, quien los deposita, o si los contenedores de basura están llenos, entre otras cosas.

El sistema de los contenedores de residuos inteligentes se basa en avisar a las empresas de recogida cuando el nivel de llenado es elevado (entre el 70% y el 100%), de manera que pueden ir a vaciarlo. De esta manera se reducen los costes de desplazamiento y contaminación, ya que se optimiza el proceso porque solo tienen que acudir cuando es realmente necesario. Además, se prevé que en un futuro estos espacios estén equipados con instalaciones Wifi, puntos de recarga de coches eléctricos, cámaras de seguridad o espacios publicitarios, entre otras cosas.

La implantación de este mecanismo se ha realizando de manera paulatina en los diferentes países europeos. En el caso de España, la implantación de contenedores inteligentes empezó en Barcelona, donde se instalaron cubos adaptados para personas con discapacidades visuales y motoras. Se trata de contenedores de menos altura, mayor ergonomía y más accesibles, además de colores más visibles e información adaptada para hacerla fácilmente comprensible. Además, se desarrolló un sistema para reconocer a los usuarios con movilidad reducida a través de pulseras o tarjetas que podrán escanear en los contenedores que facilitarán el proceso para depositar la basura.

En diferentes ferias se han presentado diversos proyectos muy parecidos en relación a este tema. Por ejemplo, un sistema que divide la basura proveniente de la hostelería y los residuos urbanos o basura doméstica; o una aplicación que registra los datos de uso de los contenedores y los comunica diariamente a la central de gestión, para optimizar así las rutas de recogida; contenedores inteligentes capaces de calcular el nivel de basura que hay en su interior; e incluso cubos que miden la temperatura para prevenir incendios.