francisco_pajaro_8

En la sociedad actual, donde impera la cultura del usar y tirar, hay personas que denuncian este hecho mediante la reutilización. Trash Art es un concepto que se emplea para referirse a cualquier escultura, pintura o instalación realizada a partir de residuos o materiales de desecho, sin ocultar su origen. El extremeño Francisco de Pájaro, uno de los máximos exponentes de este movimiento, es un artista que de un montón de basura es capaz de hacer surgir belleza y denuncia.

Consumimos a velocidades de vértigo, de hecho se calcula que en las grandes ciudades cada habitante produce de medio un kilo de basura diario. Hay quien es capaz de reutilizar lo que otros tiramos convirtiendo estos objetos en auténticas obras de arte que a la vez ejercen de denuncia social. Porque no sólo se trata de reutilizar y de reciclar, donde es preciso hacer verdaderos esfuerzos es en la “erre” de reducir.

Francisco de Pájaro utiliza la basura que se va encontrando en las calles de Barcelona y crea las obras en ese mismo escenario, sin necesidad de descontextualizar lo elementos. Este artista crea su obra alrededor de los mismos contenedores sirviéndose de lo que encuentra allí: cartones, bolsas, cajas… El extremeño es conocido por llevar el arte a la calle, ya que sus piezas se quedan allí mismo para que puedan ser contempladas por todo el mundo, en ningún momento se trasladan a una galería de arte o una sala de exposiciones.

Tim Noble y Sue Webster son otros artistas que se engloban dentro del movimiento del Trash Art. Sus piezas se caracterizan porque en un primer golpe de vista podrían confundirse con un pequeño montículo de chatarra. Pero, tras iluminarse desde determinadas perspectivas, sus sombras cobran sentido. De un amasijo de las latas y cartones surgen espectaculares formas que dotan de sentido y belleza a la pieza, además de la profunda carga crítica a la cultura del usar y tirar. Ya que toda la chatarra con la que construyen sus obras la sacan de las calles de Londres.

En otra corriente del Trash Art encontramos al artista norteamericano Tom Deininger, quien crea elaboradas esculturas y collages a partir de basura. Alguna de sus obras las ha fabricado a partir de colillas de cigarros encontradas en las playas, lo que corrobora que la denuncia sigue siendo algo fundamental.

En definitiva, el Trash Art no deja de ser un movimiento artístico asociado a la sostenibilidad, que además de denunciar que nos queda un largo camino en cuanto a la “erre” de reducción, pone de manifiesto que reutilizar y reciclar puede ser todo un arte.