Las decisiones que tomas en la cafetería, en el supermercado, en tu hogar, en el trabajo, durante las vacaciones o eventos sociales, todo impacta directamente en el destino de nuestros mares. Concienciar sobre lo que los desechos plásticos están causando en nuestros océanos, nuestra vida silvestre y nosotros mismos es lo que la campaña #CleanSeas del Medio Ambiente de las Naciones Unidas ha tratado desde su lanzamiento en febrero de 2017.

La marea ya está empezando a cambiar. Apenas un año desde el lanzamiento, 43 gobiernos -que representan más de la mitad de la costa del mundo- se han unido a la campaña #CleanSeas con muchos compromisos específicos para proteger los océanos, fomentar el reciclaje y reducir el uso de plásticos de un solo uso.

En todo el mundo, las personas se han inspirado en #CleanSeas para reevaluar su uso del plástico y ahora están presionando a sus gobiernos y al sector privado para que apliquen políticas audaces contra la contaminación. Cerca de 80.000 personas han tomado la promesa #CleanSeas de erradicar plásticos y microesferas de un solo uso de sus vidas.

Las limpiezas de playa son una poderosa herramienta contra la contaminación. Desde Bali hasta Panamá, están limpiando playas, catalogando lo que encuentran y cambiando su propio comportamiento, por ejemplo, usando bolsas de tela y llevando consigo tazas de acero o cubiertos, rechazando pajitas de plástico y exigiendo la extracción de vasos de plástico o vasos individuales y uso de botellas en sus oficinas.

La escala del problema exige una respuesta global. Cada año, alrededor de 8 millones de toneladas de plástico terminan en nuestros océanos, envenenando a nuestros peces, aves y otras criaturas marinas. Es el equivalente a un camión de basura lleno de basura arrojado al mar cada minuto. En abril, un cachalote fue encontrado muerto en la costa sur de España y una autopsia reveló que fue asesinado por los 29 kilos de plástico encontrados en su estómago. Esto, desafortunadamente, no es un caso único. La prioridad #CleanSeas fue resaltar la escala del problema y el mensaje se escuchó alto y claro.

La conversión global que necesitamos está en marcha, pero aún queda mucho por hacer. Durante los próximos cinco años, #CleanSeas tiene como objetivo crear un impulso imparable hacia una economía global verdaderamente circular. Eso significa valorar lo que usamos y pensar más sobre cómo usamos y reutilizamos los productos.

A fines de marzo, 42 países de Brasil a Bélgica y de las Maldivas a Islandia se habían adherido a la campaña #CleanSeas, con muchos compromisos firmes en todo, desde la creación de reservas marinas hasta la adopción de planes nacionales de reciclaje y gestión de residuos.

Pero los gobiernos no pueden luchar solos en esta batalla. Las empresas son muy conscientes del despertar popular sobre los plásticos y están respondiendo: los minoristas europeos se han comprometido con los pasillos y productos sin plástico, mientras que algunos restaurantes se han comprometido a eliminar los popotes de plástico. El sector privado es clave para el éxito. Es el hogar de los innovadores, los diseñadores de vanguardia y los líderes del pensamiento que pueden lograr un cambio duradero y tangible en los hábitos del consumidor y el diseño del producto.

La campaña insta a los gobiernos, la industria, las comunidades y las personas a unirse para reducir urgentemente la producción y el uso excesivo de plásticos desechables que contaminan nuestros océanos, dañan la vida marina y amenazan la salud humana.

La contaminación por plásticos en nuestros ríos y mares es un problema monumental y multifacético con consecuencias globales. No hay una solución mágica y ninguna actividad individual puede hacer retroceder el reloj. Sin embargo, el compromiso público es crucial para alentar el cambio de comportamiento y aumentar la presión sobre los gobiernos y las empresas para que tomen medidas.

Al igual que con todos los desafíos ambientales a los que nos enfrentamos hoy día, todos los sectores tienen un papel que desempeñar si se quiere dar un giro definitivo a la situación. Puede que usted no tenga un título en ciencias o un puesto en el gobierno, pero todos podemos recoger la basura que está justo frente a nosotros.