Cada vez más empresas hablan de “criterios ESG”, informes de sostenibilidad o inversión responsable. Pero ¿qué significan realmente las siglas ESG? ¿Y qué relación tienen con algo tan concreto como la gestión de residuos?
Las siglas ESG provienen del inglés:
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E – Environmental (Medioambiental)
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S – Social
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G – Governance (Gobernanza)
Estos tres pilares forman el marco que utilizan empresas, inversores y administraciones para evaluar el impacto no financiero de una organización: es decir, su compromiso con la sostenibilidad, la responsabilidad social y la ética empresarial.
El componente ambiental (E) y los residuos
Dentro del pilar “E”, la gestión de residuos es un aspecto clave. Algunas de las prácticas que se valoran positivamente en este ámbito son:
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Separación de residuos en origen
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Reducción y prevención de residuos
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Reciclaje y valorización con trazabilidad
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Contratación de gestores autorizados
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Certificados de destrucción o tratamiento responsable
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Cumplimiento normativo y reducción de huella ecológica
En definitiva, se valora que la empresa no solo gestione bien sus residuos, sino que tenga una estrategia activa para reducir su impacto ambiental.
¿Por qué los ESG importan cada vez más?
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Inversores y bancos lo exigen. Empresas con buen desempeño ESG acceden a mejores condiciones de financiación o fondos responsables.
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Clientes y consumidores lo valoran. La sostenibilidad se ha convertido en un factor de decisión de compra.
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Licitaciones públicas y contratos grandes. Muchas administraciones exigen criterios ESG en sus proveedores.
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Ventaja competitiva y reputacional. Comunicar buenas prácticas ambientales mejora la imagen de marca y atrae talento.
Cómo puede empezar una empresa a integrar los ESG en residuos
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Realizando una auditoría de residuos: qué se genera, en qué cantidad y cómo se gestiona.
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Implantando una separación eficiente en origen.
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Colaborando con un gestor autorizado que garantice trazabilidad y documentación.
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Recogiendo datos que puedan integrarse en una memoria ESG o plan de sostenibilidad.
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Estableciendo metas medibles: por ejemplo, reducir un 20% el volumen de residuos a vertedero en 12 meses.
Los objetivos ESG no son una moda: son una forma concreta de evaluar la sostenibilidad empresarial. Y en ese camino, la gestión de residuos es uno de los puntos más visibles, fáciles de mejorar y de alto impacto. Gestionar mejor los residuos es también avanzar en sostenibilidad, reputación y cumplimiento.
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