La conducción eficiente es un modo de conducir cuyos principales objetivos son:

Reducir el consumo de carburante: se ahorra entre de 10 al 25% de combustible.

Reducir la contaminación ambiental, lo que se traduce en una mejor calidad del aire.

Disminuir el riesgo de accidentes en carretera.

¿Cómo se alcanza esta conducción eficiente?

  1. Arranque y puesta en marcha sin pisar el acelerador.
  2. Primera marcha durante unos metros y pasar a segunda marcha.
  3. Aceleración y cambios de marcha. Intentar no apurar las velocidades y cambiar pronto a marchas más largas.
  4. Utilización de marchas. Circular con las marchas más largas posibles.
  5. Velocidad de circulación. Intentar mantener la velocidad lo más uniforme posible, evitando frenazos y aceleraciones bruscas.
  6. Aprovechar las inercias dejando rodar al vehículo sin acelerar y con una marcha engranada se consigue el consumo “cero”. Reducir y cambiar de marcha lo más tarde posible.
  7. Siempre que la velocidad, el espacio y el tráfico lo permitan, detener el vehículo sin reducir de marcha y con el pedal freno: Consumo cero.
  8. En paradas superiores a 1 minuto parar motor.
  9. Para una perfecta conducción eficiente debemos tener siempre presentes estas 3 palabras: anticipación, precisión y distancia de seguridad.
  10. Seguridad. En ciertas situaciones, como por ejemplo en adelantamientos o incorporaciones, la conducción eficiente pasa a segundo plano en beneficio de la seguridad.