No hay nada como comenzar un nuevo año para marcarse una serie de buenos propósitos, ¿por qué no tratar de adquirir una serie de nuevos hábitos que además de beneficiar a nuestra salud también sean medioambientalmente responsable?
- Utilizar más la bici o caminar. Después de la Navidad, con sus consiguientes comilonas, el uso de la bici, además de ayudar a rebajar los kilos puestos, no contamina el medio ambiente y se ahorra en combustibles.
- Consumir más productos ecológicos y locales. Consumir productos ecológicos, a ser posible comprados en mercados locales es una de las medidas más saludables para el planeta, se reduce la contaminación por pesticidas y plaguicidas.
- Utilizar productos de higiene y cosmética ecológicos. Greenpeace nos ha mostrado la peligrosidad de utilizar productos de higiene y cosmética fabricados con productos químicos de síntesis.
- Reducir el consumo de papel. Imprime solo lo necesario, utiliza el correo o la mensajería instantánea y reutiliza el papel al máximo.
- Reciclar correctamente. Si perteneces a ese bajo porcentaje de población que aún no recicla o no lo hace correctamente, ya estás tardando. Utiliza un contenedor para los diferentes desechos domésticos y separar los residuos orgánicos para convertirlos en compost es un nuevo hábito que deberíamos incorporar. Casi la mitad de la basura doméstica es materia orgánica por lo que su separación y posterior reciclaje es indispensable a la hora de disminuir los costes económicos y el impacto que la basura tiene en el medio ambiente.
- Sustituir el papel por la tela, siempre que sea posible. Utilizar elementos reutilizables en lugar de los desechables no sólo ayuda al medio ambiente, sino a nuestro bolsillo. Se pueden cambiar servilletas y pañuelos de papel por los de tela, pañales desechables por pañales de tela.
- Desconectar los aparatos eléctricos si no se están utilizando.
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