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Para la producción de papel reciclado lo primero que hay que hacer es recolectar papel y cartón usados. Se utilizan desechos cuya procedencia pueden ser restos de fábricas de papel, folletos, revistas viejas, guías telefónicas… El proceso para la elaboración de la pasta de papel es el mismo que cuando se fabrica papel no reciclado, sólo que en lugar de utilizar fibras vírgenes, se utilizan fibras recicladas. Además, hay que retirar la tinta del papel recuperado. Por lo que el papel recuperado se disuelve en un primer momento en agua para proceder a separar así este tipo de impurezas.

En definitiva, de lo que se trata es de que este papel recuperado se convierta en unas fibras que hay que ir limpiando de manera progresiva para obtener la pulpa. Para eliminar la tinta del papel y el cartón recuperado, se introduce aire para que se formen unas burbujas en las que la tinta se quede atrapada. Una vez que se ha retirado la tinta mediante este proceso, las fibras recicladas obtenidas tras este proceso de recuperación se blanquean mediante productos químicos, que normalmente son peróxido de hidrógeno o bien agua oxigenada.

En datos, al reciclar una tonelada de papel de periódico se calcula que el ahorro es de una tonelada de madera, mientras que si se trata de papel impreso, la cifras arrojan que el ahorro en este caso es de dos toneladas de madera.

Como se puede observar, existen multitud de ventajas a la hora de decantarse por este tipo de papel, que se pueden resumir en los siguientes puntos:

Elegir papel reciclado contribuye a disminuir y frenar la desforestación.

Elegir papel reciclado provoca una reducción en el consumo de recursos, como por ejemplo el agua.

Elegir papel reciclado también contribuye a la reducción de las emisiones de gases efecto invernadero.

Elegir papel reciclado es sinónimo de disminución en la acumulación de basuras. Y es que aún en la actualidad toneladas de papel se tiran a la basura cuando podrían ser usados para elaborar papel reciclado industrial.