Los productos de proximidad, también llamados de kilómetro 0, son aquellos que se producen en nuestro entorno territorial más próximo, donde la distancia entre el punto de origen y el de consumo del producto son mínimas. Con el consumo de estos productos, además de reforzar la economía local, también se reduce en gasto energético en cuanto a transporte.
Si bien es cierto que el comercio internacional ha favorecido que los consumidores tengamos a nuestro alcance un abanico más amplio de opciones de compra, también ha contribuido al deterioro del medio ambiente con la emisión, durante su transporte, de gases de efecto invernadero. Además, el packaging del producto se ve incrementado cuando éste tiene que hacer un gran recorrido, con lo que se incrementan los residuos en cuanto a la logística del transporte internacional.
Desde un punto de vista económico, los productos locales de temporada suponen un ahorro en los costes de producción. Además se acorta la cadena y se establece una relación mucho más directa entre productor y consumidor, con lo que se suprimen algunos intermediarios. Por otro lado, además de evitar el transporte de larga distancia, también se reducen los costes derivados del almacenamiento, el envasado y el combustible. Costes que repercuten en el precio final del producto.
Hoy en día el consumidor final cada vez está más informado y concienciado, su elección ya no tiene en cuenta sólo el precio, sino que además le gusta informarse acerca de la nutrición y la seguridad alimentaria, su experiencia de compra pasa por el conocimiento del origen de los productos, así como sus métodos de producción.
Los beneficios que obtenemos al comprar productos de kilómetro 0 son los siguientes:
-Consumir productos de mayor calidad y con garantías de seguridad, ya que tenemos un conocimiento más profundo de su procedencia. Los productos agrícolas de proximidad son productos sanos, sabrosos, que ofrecen el mayor aporte nutricional, ya que en el momento de su recolección mantienen intactas todas las propiedades.
–Contribuir a la sostenibilidad medioambiental, ya que reducimos los gastos energéticos derivados del transporte, reduciendo las emisiones de CO2.
–Favorecer la economía local, ya que contribuimos al mantenimiento de pequeñas explotaciones familiares, agrarias y ganaderas, a la vez que se evita el abandono de zonas forestales.
–Respetar la biodiversidad, ya que con el consumo de proximidad favorecemos la conservación de especies agroalimentarias autóctonas en peligro de desaparición.
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