A diferencia de en EE.UU. donde su presidente sostiene que eso del cambio climático no es más que una invención, en Europa se considera un problema grave. Tal y como recoge el último número de la revista de la Dirección General de Medio Ambiente de la Comisión Europea, el 74% de los ciudadanos europeos califica el cambio climático como un problema grave, mientras que casi el 80% considera que abordarlo con medidas eficientes sería positivo para la economía.

Se constata un aumento de la preocupación de los ciudadanos por el cambio climático. Además, éstos consideran que trabajar para hacer frente a este problema y optimizar el uso de la energía generaría empleo, riqueza y crecimiento. En este sentido, el 43% cree que los gobiernos nacionales deben actuar para paliar este fenómeno, mientras que el 39% entiende que esta función y responsabilidad corresponde a la Unión Europea y el 38% lo atribuye a las empresas y a la industria.

En términos generales, las personas encuestadas han situado el cambio climático como el tercer problema global más grave, precedido, en primer lugar, por la pobreza, el hambre y la escasez de agua potable y, en segundo lugar, por el terrorismo internacional.

Además, hay que apuntar que el porcentaje de los que consideran el cambio climático como el problema más grave a escala global ha aumentado desde 2015 en seis países, entre los que se encuentra España. Como consecuencia, esta mayor sensibilidad ha provocado un comportamiento más responsable desde la dimensión ambiental por parte de los europeos, llevando a cabo acciones personales orientadas, por ejemplo, a generar menos residuos, a fomentar el reciclaje y a reducir el uso de productos desechables como las bolsas plásticas y los embalajes excesivos.