Según un estudio del Consejo Empresarial Mundial para el Desarrollo Sostenible (WBCSD) el 93% de las empresas europeas cree que el éxito de su negocio en el futuro pasa por implementar medidas de cara a la economía circular. Un 85% de ellas prevé dirigir esfuerzos y realizar inversiones en este modelo. 

Durante la primera edición de las jornadas digitales “Economía EnCircular Open Week” los ponentes concluyeron que las empresas deben diseñar estrategias que integren procesos y herramientas que no solo garanticen su competitividad en un mercado gobal, si no que deben impulsar el cambio de modelo productivo hacia uno sostenible. El tránsito de un sistema de producción y consumo lineal (extraer, fabricar, usar y tirar) a uno circular en el que se aporte fórmulas para prolongar la vida tanto de los materiales como de los productos. Una transformación que pasa por repensar la forma en que diseñamos, producimos y usamos productos.

Pero esta economía circular no atañe solo a las compañías, también exige que  el consumidor tenga un papel más activo y se vuelva más consciente, reflexionando sobre las necesidades reales de adquisición de ese producto o servicio y apostando por compras que aporten soluciones más respetuosas con el medio ambiente. 

A corto plazo, el principal reto al que se enfrentan es el de la reducción del uso de plásticos, sustituyéndolo por otros materiales mucho más sostenibles. 

A lo largo de estas jornadas se concluyó que los proyectos en los que se aplica un diseño circular son más innovadores, minimizan impactos negativos en el medio ambiente y refuerzan los positivos, además de cumplir con el resto de requisitos técnicos, económicos, normativos y de funcionamiento. Además, en ningún momento se pierde de vista la funcionalidad en términos de transmisión de información y concienciación sobre nuevos hábitos de consumo y calidad en la experiencia del usuario, imprescindibles para su éxito.