«El efecto negativo del cambio climático, en lo que a la temperatura se refiere, será el doble en las ciudades que en el campo«, resume Hendrik Wouters, uno de los autores de un informe que en la actualidad se encuentra en fase de revisión y que se prevé que pueda ser presentado en verano. Se trata de la principal conclusión de un estudio de la Universidad de Lovaina (Bélgica).

A pesar de que ya era palpable que la temperatura en las ciudades es mayor que en el rural, sobre todo durante la noche debido al “efecto isla de calor”, este informe cuantifica por primera vez hasta qué punto las ciudades sufrirán más que el campo los efectos del calentamiento global.

Hendrik Wouters, el investigador belga, ha asegurado que hay estudios sobre cómo las olas de calor aumentan los ingresos hospitalarios, disminuyen la productividad, elevan los daños a las infraestructuras y, en casos extremos, disparan incluso la mortalidad, tal y como ocurrió en París en el verano de 2003. Este estudio ha analizado cómo interactúa este efecto con las olas de altas temperaturas derivadas del cambio climático.

Para la elaboración del estudio se han utilizado mediciones de temperaturas de los últimos 35 años en Bélgica, comparando la frecuencia y la intensidad con las que se han excedido los límites de alerta de temperatura, a partir de los cuales se espera efectos como, por ejemplo, afecciones a la salud. Se ha constatado que en ese periodo, las olas de calor fueron mucho más intensas en las ciudades que en el campo, un fenómeno que se espera se vea agravado en el futuro.

Mediante simulaciones, se ha estimado que para el periodo 2041-2075 el impacto del calor en las ciudades se multiplicará por cuatro. Esas olas de calor, medidas tanto en su frecuencia como en su duración e intensidad, serán el doble de graves en las ciudades que en el entorno rural.