La organización Ecologistas en Acción denuncia la presión que España ha ejercido a la Unión Europea para mantener el uso de una serie de plaguicidas tóxicos y de altos niveles de contaminación. 

Bajo la condición de uso utilizando permisos  “excepcionales”, el Ministerio español de Agricultura, Persa y Alimentación ha solicitado al Departamento de Salud de la Comisión Europea poder mantener el empleo de productos como el 1,3 dicloropropeno. Entre las consecuencias negativas de su empleo se encuentran el posible riesgo de contaminación de las aguas subterráneas y riesgo para las aves, los mamíferos, los organismos acuáticos y otros organismos no objetivo del plaguicida

Como respuesta a esta situación, Ecologistas en Acción ha recogido en un documento que las autorizaciones de emergencia o excepcionales de este plaguicida se han concedido de “forma rutinaria y con anterioridad en el tiempo a la posibilidad de que exista ninguna plaga”, por lo que la petición del Ministerio de Agricultura “antepone el mantenimiento de la producción agraria al elevado riesgo de este plaguicida para el ser humano y los ecosistemas”.

Por tanto, el empleo de este tipo de fertilizantes puede su graves riesgos para el medio ambiente pero también para nuestra salud, ya en el año año 1999, la Agencia para la Investigación del Cáncer, dependiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), catalogó al 1,3 dicloropropeno como posible carcinogénico para los seres humanos.

Ante esta situación, España es uno de los pocos países dentro de la UE que apuestan firmemente por el uso de estas sustancias. Países como Francia, por ejemplo, no lo consideran algo crucial. Desde el país vecino se ha trasladado la idea de que las autoridades europeas sigan sin autorizarlas e incluso que no se permita su aplicación mediante autorizaciones excepcionales.