El pasado 1 de septiembre de 2018 entró en vigor una normativa europea que tiene como objetivo favorecer el uso de tecnologías LED más eficientes y sostenibles, lo que implica la desaparición de las bombillas halógenas. La medida que ha sido acogida con satisfacción por parte de ecologistas y científicos en España.

Ahora mismo se puede vender el stock almacenado pero con fecha límite que no irá más allá del 2018. Uno de los principales beneficios es el cuidado al medio ambiente y, al mismo tiempo, el reducir cualquier impacto negativo.

En cuanto al consumidor, el tiempo de bombillas que se pretende dejar de comercializar dejan paso a ciertas ventajas, como una mayor eficacia, ya que consumen una décima parte que las halógenas para dar la misma luz. Además, el ahorro energético no es despreciable, ya que la sustitución por LED puede llegar a lograr energía suficiente para alimentar a 11 millones de hogares durante un año.

Del mismo modo, el ahorro energético se traducirá en una reducción en la factura de la luz de entre 100 y 200 euros anualmente. La sostenibilidad se basa en dos aspectos: la reducción a 15,2 millones de toneladas las emisiones de CO2 para 2025 y la disminución del petróleo importado de la UE en 73,8 barriles.

El responsable de Energía de Ecologistas en Acción, Javier Andaluz ha indicado que la aprobación de esta medida implica «un gran paso». Sin embargo, a pesar de que asevera que es «una gran noticia», cree que en una vivienda la iluminación es un factor «pequeño» de consumo porque hay otros aparatos «más contaminantes» como grandes electrodomésticos o contar con varios televisores.

Concretamente, la normativa afecta a las bombillas halógenas clásicas que generalmente están hechas de cristal, emiten luz omnidireccional, tienen casquillo E27 ó E14, así como algunas bombillas no direccionales con casquillos G4 y GY6.35. No obstante, los distribuidores podrán vender los stocks almacenados hasta fin de existencias.

¿Por qué se ahorra con el LED?

Para que una bombilla incandescente de las de toda la vida, una halógena y una LED proporcionen la misma luz, necesitan una gran diferencia de vatios. El gasto mensual de una lámpara de LED en comparación con las bombillas de toda la vida o las halógenas en la factura de la luz es casi del 90 por ciento, esta es la razón por la que la Unión Europea ha prohibido las bombillas tradicionales y apuesta firmemente por el LED.