En el ámbito comunitario, y según estimaciones de la Comisión Europea, se pierden o desperdician al año 89 millones de toneladas de alimentos, lo que se traduce en 179 kilos por habitante, un fenómeno que provoca la emisión 170 millones de toneladas de CO2 y requiere el uso de 26 millones de toneladas de recursos.
El hogar contribuye al desperdicio alimentario con un 42%, correspondiéndose el resto a las etapas de fabricación (39%), distribución (5%) y restauración (14%). En los hogares españoles, el 80% de los comestibles desechados se tiran a la basura tal cual se han comprado y el 20% tras su procesado, es decir, son sobras. El 48,1% de los comestibles que se tiran son frutas, verduras y pan fresco.
Pero, ¿qué se puede hacer en los hogares para intentar reducir el desperdicio alimentario? Desde Sogama recomiendan tener en cuenta este decálogo:
- Crear un menú semanal y, en función del mismo, elaborar una lista de la compra en la que se incluya únicamente lo necesario.
- Comprobar el estado de la despensa y la nevera, reordenar los productos para consumir antes aquéllos con mayor riesgo de acabar perdiéndose.
- Diferenciar entre fecha de caducidad (momento a partir del cual el alimento puede presentar problemas de seguridad alimentaria y riesgo para la salud) y fecha de consumo preferente (momento a partir del cual el alimento puede sufrir pérdidas de cualidades tales como textura y sabor, pero sin suponer amenaza para la salud).
- Dar preferencia a los productos frescos, locales y de temporada. De esta manera se contribuye a generar empleo local y a disminuir las emisiones de CO2 derivadas del transporte.
- Ajustar las raciones al número de comensales, para evitar las sobras.
- Pedir las sobras en los restaurantes.
- Congelar los alimentos antes de que se estropeen y aprovechar los sobrantes para elaborar nuevas recetas gastronómicas.
- Donar comida en buen estado a bancos de alimentos y organizaciones sociales.
- Si se dispone de huerto o jardín, los restos orgánicos no comestibles pueden convertirse en un abono natural con extraordinarias propiedades para el suelo.
- La comida es un bien valioso. Respétala, consérvala y compártela, pero jamás la tires.
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