Por primera vez en la historia, cada medalla de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 estará hecha a partir de materiales reciclados recogidos en Japón. Una ciudad que siempre se ha caracterizado por ir a la vanguardia, aunando a la perfección tradición y tecnología, ha querido dar ejemplo e ir un paso más allá, involucrando a sus ciudadanos en la sostenibilidad y haciéndolos partícipes en la transición hacia una economía circular.

El propio Comité organizador de los Juegos propuso el proyecto “Medalla Tokio 2020”, con el propósito y objetivo de recolectar el mayor número de aparatos electrónicos usados para la posterior fabricación de los diferentes galardones de oro, plata y bronce.

Las medallas de estos Juegos Olímpicos no solo representan honor sino a Japón, quien ha involucrado a todos sus ciudadanos y los ha hecho partícipes en la fabricación de estas.

La recolecta, con casi dos años de duración, logró obtener 80.000 toneladas de aparatos electrónicos usados y 6 millones de móviles.Gracias a las donaciones de los ciudadanos ha sido posible fabricar alrededor de 5.000 medallas.

Es la primera vez que se involucra a los ciudadanos en la producción de las medallas siguiendo la filosofía de las 3R: Reducir, Reciclar y Reusar. Pero además de esta filosofía, Japón va más allá y lleva ya unos años con otro plan llamado “Cero residuos”.

Los proyectos de sostenibilidad siempre han estado muy presentes en los Juegos Olímpicos, como por ejemplo en Noruega en 1994. La sociedad muy concienciada sobre sus hábitos sostenibles, optaron por una construcción ecológica de espacios deportivos, siguiendo siempre una serie medidas de eficiencia energética.

Otro caso más reciente, en Londres en 2012 contaron con un plan ecológico que incluyó transporte sostenible, selección de proveedores y compras con criterios ambientales y consumo de productos de proximidad.

Pero Japón, en esta ocasión, va más allá invitando a todo el planeta a reflexionar sobre nuestros hábitos de consumo.