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Se dice que la empresa sostenible es aquella que crea valor económico, medioambiental y social tanto a corto como a largo plazo, contribuyendo así al aumento del bienestar y al auténtico progreso de las generaciones presentes y futuras, en su entorno general. Además, la sostenibilidad empresarial genera innumerables ventajas desde el punto de vista económico.

A continuación destacamos los 5 principales motivos por los que las empresas deberían apostar por esta filosofía de mercado:

  1. Hay una tendencia generalizada a decantarse por marcas comprometidas tanto con la sociedad como con el medioambiente. Y no nos referimos solo a los consumidores con principios y valores de responsabilidad social y ambiental, sino a la percepción general que está cambiando en la gran mayoría de la población. De hecho, tras el análisis de varios estudios se concluye que el 50% de los consumidores estadounidenses considera el impacto ambiental de los productos antes de realizar una compra.
  2. La actitud de sus empleados repercute en una mejora en la productividad. Las personas se sienten más afines a su compañía cuando esta es responsable socialmente, lo que se traduce en mayor compromiso con sus metas y objetivos.
  3. El indicador coste/beneficio de implementar soluciones ecoeficientes resulta favorable. Las empresas que tienen en cuenta la trazabilidad ecológica del ciclo de vida de sus productos y servicios consiguen obtener un valor diferencial clave.
  4. Reflejar una imagen de marca social y ambientalmente responsable repercutirá positivamente en las ventas. Las empresas que se muestran transparentes en asuntos de sostenibilidad, tienden a obtener mejores resultados a largo plazo. Ya que los inversores ven con buenos ojos a las compañías socialmente responsables.
  5. Las regulaciones ambientales cada vez son más estrictas. Las empresas que no invierten en sus departamentos de sostenibilidad y medioambiente, o no integran sus directrices en todas las escalas de su estructura, sufren el riesgo de pérdidas a base de multas e infracciones, en muchos casos millonarias, por no hablar del desprestigio social unido a la crisis de reputación.