Como ya venimos avanzando en nuestro blog, la tendencia del modelo lineal al circular es un hecho que cada vez se va consolidando con más fuerza. Y es que el modelo lineal de usar y tirar genera cada año una gran cantidad de residuos difícil de gestionar, entre los que se encuentran los RAEE (residuos de aparatos eléctricos y electrónicos).

Según los últimos datos de la OMS en el mundo se producen anualmente alrededor de 50 millones de toneladas de basura electrónica, además en esa basura electrónica se pueden encontrar metales peligrosos y contaminantes para el medio ambiente. Es el caso del plomo, el cadmio o el mercurio.

Por si esto fuera poco, las previsiones para los próximos años no son nada alentadoras, ya que tal y como indica el Observatorio Mundial de los Residuos Electrónicos, el volumen de este tipo de desechos podría rozar los 75 millones de toneladas de aquí a 2030.

Pero, ¿qué ha propiciado este incremento descontrolado de la basura electrónica? Básicamente el aumento exponencial de las tasas de consumo de aparatos eléctricos y la obsolescencia programada. Sin darnos cuenta la vida útil de los productos se ha ido acortando paulatinamente, las empresas han reducido intencionadamente el tiempo de funcionamiento del producto, obligando así a los usuarios a consumir más.

Sin embargo, en los últimos años el reacondicionamiento de equipos ha aumentado su popularidad y se ha convertido en una alternativa para alargar la vida de los aparatos digitales, reducir la basura electrónica y, sobre todo, disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero.

Y es que cada vez son más las compañías y particulares que apuestan por adquirir equipos reacondicionados. De hecho, según una reciente encuesta del Eurobarómetro, el 77% de los ciudadanos de la UE preferiría arreglar sus dispositivos en vez de sustituirlos y el 79% considera que debería exigirse legalmente a los fabricantes que faciliten esta reparación de los aparatos o la sustitución de sus componentes.

Se trata de una opción que cada vez gana más adeptos, ya que encuentran en el reacondicionamiento un ahorro de costes y una forma de contribuir a la mejora del medio ambiente.