La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha fijado los nuevos umbrales de calidad del aire, un hecho que supone una preocupación para las ciudades españolas.

 La situación de partida no es buena: solo siete de las 80 ciudades más pobladas de España están por debajo del nuevo límite de exposición anual al dióxido de nitrógeno (NO₂) que recomienda la OMS en sus directrices.

En el caso de la Unión Europea, la situación no mejora: ninguna de las 27 capitales de los Estados miembro cumpliría ahora con la recomendación respecto a este contaminante, que está muy relacionado en las ciudades con los motores de combustión de los vehículos de gasolina y diésel.

Hasta ahora, la OMS consideraba que el límite de seguridad respecto a la exposición anual al NO₂ era 40 microgramos por metro cúbico. Y prácticamente la totalidad de las estaciones de control de la calidad del aire de las ciudades españolas más pobladas estaban de media por debajo de ese límite.

Pero, tras analizar la literatura científica y después de 15 años sin modificar estas directrices, la OMS ha decidido esta semana rebajar a una cuarta parte ese nivel de seguridad, hasta los 10 microgramos. Esto implica que solo siete ciudades estarían dentro de los márgenes recomendados si se toman los datos de 2019 como punto de partida. Se trata de Badajoz, Benidorm, Cáceres, Elda, Palencia, Telde y Zamora.

El NO2 es un contaminante que genera problemas en el aparato respiratorio y está estrechamente vinculado a los vehículos de combustión en los entornos urbanos. “Lo que establece la OMS ahora partiendo de la base científica son los nuevos valores a partir de los que se ha visto que hay efectos negativos para la salud”, señala Xavier Querol, investigador del CSIC y uno de los expertos que han colaborado con la Organización Mundial de la Salud en la revisión de las directrices sobre calidad de aire.

No solo España tendría un grave problema de cumplimiento si se adoptaran los nuevos umbrales de la OMS para el dióxido de nitrógeno. Según los mismos datos de la Agencia Europea del Medio Ambiente, en 2019 todas las capitales de la UE superaron la exposición máxima de 10 microgramos por metro cúbico. Los peores resultados se registraron en Bucarest (57,18 microgramos), en Roma (38,9), París (37,54), Berlín (37,13) y Atenas (36,89).