La contaminación que genera los residuos plásticos en los espacios marinos llega a cifras preocupantes, así lo desvela el informe de WWF en colaboración con el Instituto Alfred Wegener de Alemania y que recopila datos de 2.590 estudios científicos en la materia. Esta publicación intenta medir el impacto de plásticos y microplásticos en los mares, donde gigantescas islas de estos materiales flotantes han sido detectadas en océanos como el Atlántico y el Pacífico.

Los mariscos como el mejillón azul y las ostras son una de las especies de nuestra cadena alimentaria entre las que se ha detectado plástico en sus organismos. También se estima que la quinta parte de las marcas de sardinas enlatadas contienen esas partículas. 

Según el director para política global de plástico de WWF, Eirik Lindebjerg: “Aunque todavía no dispongamos de datos suficientes sobre el impacto de la contaminación plástica en la salud humana, a largo plazo puede ser muy perjudicial y cuánto más haya a nuestro alrededor, más componentes químicos inhalamos e ingerimos en nuestras comidas”.

Además de esto, el informe estima que para el año 2024 la producción de plásticos se duplicará. lo que provocará que los desechos de estos materiales en el océano se cuadripliquen hacia mitad de siglo, afectando a una extensión dos veces y media más grande que la isla de Groenlandia.

Sumado a esto, debemos recordar que esta amenaza medioambiental es relativamente reciente, ya que el uso de estos materiales se generalizó después de la Segunda Guerra Mundial, aunque ya se han acumulado entre 86 y 150 millones de toneladas en los océanos.

Aunque la pesca también es uno de los principales contribuidores en la contaminación oceánica (un 22 % de la basura marina procede de la industria pesquera), Lindebjerg apuntó a los plásticos de un solo uso como los grandes causantes: “Debido a que el plástico se ha abaratado, los fabricantes lo han producido en grandes cantidades y esto les ha permitido diseñar productos de un solo uso que luego se convierten en desechos”.