A la hora de desarrollar envases tradicionales se producen dos efectos negativos para el medio ambiente. El primero es la producción en masa de plásticos y el segundo el desperdicio de comida.

Con el objetivo de reducir este impacto, la Unión Europea lleva desde el año 2018 buscando sistemas de implantación de la bioeconomía circular. Uno de ellos fue el proyecto europeo Ypack, con el que a partir de suero de queso y cáscaras de almendras, comenzaba a desarrollar tres productos compostables: una bandeja y dos películas de contacto alimentario.

Un equipo liderado por el Instituto de Agroquímica y tecnología de los Alimentos (IATA), tras tres años de investigación ha logrado crear un envase activo y biodegradable, capaz de desintegrarse en un plazo máximo de 90 días y de alargar la vida útil de algunos productos frescos hasta 48 días.

Este proyecto contribuye a uno de los objetivos de la Comisión Europea, reducir la dependencia de envases no renovables. Este tipo de envases terminan convirtiéndose en residuos que ponen el riesgo a nuestro planeta. Por ejemplo, más del 80% de los residuos hallados en el mar son plásticos o, ¿sabías que las bolsas de plástico que tardan 20 años en descomponerse?

El resultado es que cada persona podría ingerir de media entre 0,1 y 5 gramos de microplásticos cada semana a través de alimentos y bebidas.

En cuanto a este de tipo de nuevos envases, éstos implican huellas de carbono más bajas, están diseñados ecológicamente y cuentan con propiedades de conservación adecuadas para minimizar el desperdicio de alimentos. Para producirlos se emplean los polihidroxialcanoatos (PHAs), es decir, poliésteres producidos en la naturaleza por microorganismos. Así los nuevos recipientes serían compostables. Esto quiere decir que la degradación biológica del envase se produce en un tiempo controlado que, en este caso, es de un plazo máximo de 90 días tras desecharse.

Todo ello es posible debido a que los investigadores decidieron incorporar a la fórmula el material sostenible poli (3-hidroxibutirato-co-3hidroxivalerato), un polímero conocido como PHBV que se produce a partir de suero de queso y se abarata con cáscaras de almendras.