En estos últimos años ha aumentado de manera progresiva la conciencia medioambiental tanto a nivel de las empresas como de manera individual. Esta situación ha sido el caldo de cultivo para el surgimiento el ecodiseño, que como ya hemos comentado en otras ocasiones, se centra en la valorización de los residuos.

Aunque esta práctica es una medida muy superficial para reducir la cantidad de recursos que consumimos y de residuos que generamos, es una buena opción para encaminarnos hacia un futuro más sostenible.

Pero, en qué consiste el ecodiseño y cuáles son sus características. El ecodiseño es una fase del proceso de desarrollo de productos que pretende reducir los impactos que los productos generan al medio ambiente. Puede decirse que es clave en los sistemas de gestión para alcanzar la sostenibilidad económica. Se considera que entre los principios del ecodiseño se encuentran:

  1. Eficiencia en la fabricación de productos; es decir, empleando la menor cantidad material y energética posibles.
  2. Elaborar los productos empleando un único material o materiales «bio», a fin de simplificar los procesos de reciclaje.
  3. El empleo de formas y materiales de larga duración.
  4. Multifuncionalidad y posibilidad de reutilizar y reciclar los productos.
  5. Apoyo en las nuevas tecnologías para mejorar la eficiencia de los productos.
  6. Reducir las emisiones.

Como ya mencionamos, el objetivo del ecodiseño es reducir el impacto ambiental de los productos que consumimos durante su ciclo de vida útil y garantizar el bienestar y la calidad de vida de los usuarios. Algunas de las principales características del ecodiseño o diseño ecológico son:

  1. Reducción de costes. Permite reducir los costes en la elaboración y el transporte de los productos.
  2. Carácter innovador. Contribuye al carácter innovador de la empresa.
  3. Reducción de materiales. Evita el desperdicio de recursos.
  4. Valorización. Da valor a los residuos contemplando el reciclado y la reutilización de los productos una vez agotada su vida útil.