CEWEP es la Confederación Europea de Plantas de Valorización Energética que representa a cerca de 400 instalaciones de estas características presentes en 22 países y cuyo cometido es el tratamiento térmico de aquella fracción de los residuos que no puede ser reutilizada o reciclada, obteniendo energía a partir de la misma. Es por ello que el objetivo de esta organización es el de reducir la dependencia de los vertederos, propiciar un reciclaje de calidad y aumentar la eficiencia energética de las plantas de estas características, al tiempo que lleva a cabo una importante función social en la que apuesta por la máxima transparencia informativa, dando a conocer a los ciudadanos el funcionamiento de estas infraestructuras y la tecnología aplicada en las mismas, cuidando que todos los niveles de emisión estén muy por debajo de la ley. Asimismo, promueve la participación pública e insta al intercambio de experiencias, también en el ámbito de la investigación y el desarrollo.

Es un hecho que en el ámbito de la gestión integrada de residuos no todos los desechos pueden ser reciclados, por lo que la valorización energética una excelente vía para que estos residuos puedan ser recuperados. Más allá de ser conceptos antagónicos, el reciclaje y la valorización energética constituyen procesos complementarios, con la particularidad de que esta última puede sustituir a los combustibles fósiles y, por tanto, disminuir la dependencia de estos, constituyendo una importante opción de futuro. Asimismo, contribuye a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, toda vez que evita que los residuos sean depositados en vertedero, y a luchar contra el cambio climático.

En ciertos países, como por ejemplo en Dinamarca, los ciudadanos disponen de una calefacción central barata gracias a la recuperación energética de los residuos no reciclables, por lo que los mismos ciudadanos son muy conscientes de que la recuperación energética constituye una parte del círculo de tratamiento de la basura, junto con la reutilización y el reciclaje. En este sentido, no es de extrañar que, en el caso de Dinamarca, este tipo de instalaciones están emplazadas en zonas densamente pobladas, circunstancia que permite suministrar electricidad y calor a un buen número de habitantes.

Respecto al mercado de la energía producida a partir de residuos, muchos expertos coinciden en señalar que éstos no deben tener fronteras, toda vez que, dentro de la Unión Europea, la eficiencia se mide en términos globales, contemplando a todos los Estados miembros. Es por ello que califican como una buena estrategia enviar residuos de zonas con excedentes a otras con déficit para proceder a la valorización de los mismos.