Hoy en Reciclajes Avi vamos a hablarte de un término que puede resultar ser un grave enemigo para garantizar la sostenibilidad del planeta, la obsolescencia programada. Este término, que se comenzó a implementar entre 1920 y 1930, hace referencia a la vida útil que un fabricante otorga a su producto, pasando éste a ser inservible una vez finalice ese tiempo.

Pero, ¿por qué se comenzó a delimitar la vida útil de los productos? La respuesta se encuentra en conseguir que el fabricante obtenga mayores resultados de ventas debido a las compras más frecuentes. Como resultado, este suceso no tiene en cuenta ni las necesidades reales de los consumidores ni tampoco la contaminación que supone la acumulación de los restos de los productos. De ahí que se haya convertido en un grave problema para el medio ambiente. Su principal finalidad es buscar el beneficio económico.

Existen tres tipos de obsolescencia programada:

  1. De deseo
    Este tipo tiene que ver con la aparición en el mercado de nuevas versiones del producto. Los consumidores lo compran aún teniendo versiones anteriores que funcionan. Esto sucede con bastante frecuencia en el sector de telefonía.
  2. De función
    Sale al mercado un producto con mejoras técnicas y más avanzado.
  3. De calidad
    El producto que tenemos empieza a tener fallos en su funcionamiento.

Por tanto, con la obsolescencia programada las empresas hacen que entremos en un circulo sin fin de comprar, usar y tirar. El reciclaje de todos estos residuos almacenados de aparatos electrónicos no es suficiente, por lo que, este hecho provoca deterioros en el entorno. Se estima, según datos de Iberdrola, que en 2014 hubo 41 millones de toneladas de este tipo de residuos, 45 millones de toneladas en 2016 y 52 millones de toneladas en 2021.

Ante esta situación te mostramos tres consejos para que entre todos consigamos reducir este tipo de desechos:

  1. Repara el producto, inténtalo antes de comprar otro.
  2. Reutilízalo. Dale la oportunidad a otra persona de utilizar el producto que tú no quieres y que está en buen estado.
  3. Recicla el producto. Si lo vas a tirar, deséchalo en el contenedor correspondiente.