La palabra plogging surge de la contracción “jogging” y del verbo sueco “plocka upp” que significa recoger. La moda del plogging nació en Estocolmo el verano pasado y desde entonces va ganando adeptos a ritmo acelerado, sólo tienes que teclear el hashtag #plogging en Instagram y comprobar cómo tiene más de 6.000 entradas.
Se trata de una iniciativa que aúna deporte y preocupación por el medio ambiente, que consiste en dejar de mirar para otro lado y recoger la basura que uno se va encontrando. El plogging, a grandes rasgos, puede practicarlo cualquier persona que lo desee y consiste en salir a practicar running y recoger desperdicios que ensucien el entorno natural, introduciéndolos en una bolsa de basura que al final será depositada en el contenedor que corresponda.
El plogging es una disciplina abierta, es decir, no es necesario ser un atleta profesional, sino que cualquier actividad física (correr, caminar, ir en bici, practicar senderismo…) encaja con su filosofía siempre que implique la recogida de residuos.
1m2 por la Naturaleza es uno de los proyectos que promovió Libera el año pasado y que tiene mucho que ver con el plogging. Consistía en un encuentro ciudadano a nivel nacional para limpiar de basura los espacios naturales de nuestro país. Se instó a todos los ciudadanos a salir al campo, al monte, a la playa, a su bosque o río más cercano o a cualquier zona verde para conservar esos espacios y liberarlos de la basura que un día se tiró y que sigue ahí, abandonada.
Libera es un proyecto, impulsado por la Asociación SEO/Birdlife junto con Ecoembes, que tiene como objetivo concienciar y movilizar a la ciudadanía para mantener los espacios naturales libres de basura y terminar con el littering.
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