Cada año, autoridades de la gestión de residuos, procedentes de distintas partes del mundo, se reúnen en un evento internacional: el Waste in Progress. Con el respaldo de la Unión Europea, durante tres días, este foro sirve para que expertos en este ámbito compartan los últimos avances, estrategias y medidas implementadas en sus respectivos países; así como los resultados de diversos estudios.

Este año, la temática central fue el pago por generación de residuos y la identificación mediante usuarios de la basura, como medidas clave para fomentar la participación ciudadana. En cada jornada, los ponentes de países líderes en sostenibilidad, como Suecia, Holanda o Alemania, expresaron la necesidad de involucrar a los ciudadanos en la correcta gestión de los residuos domésticos. Para ello, presentaron los resultados obtenidos en diversos proyectos de estudio sobre la viabilidad de la implantación de modelos de gestión más proactivos. 

Uno de los estudios, realizado en un municipio catalán, demostró el éxito del sistema de recogida puerta a puerta (PaP). Con este modelo, los habitantes pagan una tasa por la generación de residuos, formada por una cuota fija y una cuota variable (basada en el tipo y volumen de residuos producidos, a la que se le aplican reducciones según la participación en el proceso) y recogida de los mismos. Por otro lado, los ciudadanos reciben una bonificación por colaboración, basada en una cuantía fija y un extra (según el grado de implicación y el tipo de residuo reciclado). Los resultados señalaron un alto grado de implicación de los habitantes; un 84% para los residentes de núcleos de población, un 78% para residentes de zonas periféricas y, tan sólo, un 13% de abandono.

Otro ejemplo es el modelo implantado en Bélgica, que requiere que los usuarios firmen un contrato de pago (similar al del municipio catalán) y, mediante este, reciben una llave electrónica que permite abrir los diferentes contenedores y monitorizar el tipo de residuo y volumen producidos por el usuario.

El evento dejó patente que el futuro de la gestión de residuos nacional, pues, tanto la Unión Europea, con el endurecimiento de sus políticas y directrices, como la sociedad actual, exigen cambios notables en el cuidado del medio ambiente antes de 2025. Cabe destacar que algunas de las propuestas presentadas en esta edición, ya habían sido implementadas en países como Estados Unidos o República Checa, y en comunidades autónomas como Valencia o Cataluña.