La jerarquía de residuos es un concepto que indica el tipo y prioridad de tratamiento que debe recibir un residuo. Su finalidad es proteger mejor el Medio Ambiente: para ello, los Estados miembros adoptarán medidas para favorecer los diferentes tratamientos según esta jerarquía.

Las administraciones competentes, en el desarrollo de las políticas y de la legislación en materia de prevención y gestión de residuos, aplicarán para conseguir el mejor resultado ambiental global, la jerarquía de residuos por el siguiente orden de prioridad:

1. Prevención. Se debe reducir el uso de materias primas y la generación de residuos, evitando el consumo innecesario y mejorando el diseño y fabricación de los productos. Con esto se busca reducir: 

-La cantidad de residuo, incluso mediante la reutilización de los productos o el alargamiento de la vida útil de los productos.

-Los impactos adversos en el Medio Ambiente y la salud humana de los residuos generados, incluyendo el ahorro en el uso de materiales o energía.

-El contenido de sustancias nocivas en materiales o productos.

2. Reutilización. Si es inevitable, la reutilización de este producto ha de ser la prioridad. Si es necesario, se puede reparar, restaurar, remanufacturar o buscarle funciones alternativas para alargar su vida útil.

3. Reciclaje. Si no se puede dar otro uso, se debe optar por su reciclado. La gestión de los residuos municipales tiene un alto margen de mejora. Por ello, en los próximos años, los ayuntamientos que no lo hayan hecho ya incorporarán nuevas fracciones de recogida separada:

-Antes de 2022, las poblaciones superiores a 5.000 habitantes deben hacer la recogida separada de residuos orgánicos con destino el compostaje. Antes de 2023, todos contarán con esa separación.

-Antes de 2025, deberán hacer la recogida separada de aceite de cocina usado.

-A partir de 2025, será también obligatorio disponer de la recogida separada y gestión del residuo textil.

4. Incineración. Cuando un residuo no puede ser reciclado, la opción debe ser su valoración energética, es decir, la obtención de energía a través de su incineración.

5. Vertederos. Hay que evitar siempre que el fin del camino de este residuo sea el vertedero. Además, se debe favorecer su trazabilidad para reducir el abandono en el medio ambiente y su llegada al mar.